Yo hasta ese día no había llegado a escuchar profundamente nada de discografía, algunas de sus  canciones me sonaban de haberlas escuchado en la radio o en algún otro medio, pero el hecho de que me pareciese comercial, simple y vulgar no hicieron que le diera una oportunidad; no obstante, decidí escuchar este álbum a ver si encontraba algo de valor. Gran error, más de una hora de pop y música que suelen llamar “urbana” con cuatro acordes probablemente hayas escuchado más mil veces y rimas dignas de un adolescente de15 años, todo ello acompañado, como no; por la degeneración y el contenido sexual que suelen acompañar este tipo de canciones. Aparte de darme dolor de cabeza, hubo dos pensamientos que estuvieron rondando mi cabeza durante la escucha, “esto ya lo había escuchado antes” y “la música de antes era mejor”.

Con el paso de los años va quedando más claro que este frase no es solo un decir nostálgico que se repite como añoranza a los tiempos pasados, efectivamente la música de antes era mejor y de hecho bastante mejor, las antiguas sinfonías de Beethoven y los preludios de Rachmaninov quedaron reemplazadas por música pretenciosa que reniega del orden para encontrar un estilo “postmoderno”; y las canciones populares que se consumía el pueblo llano han dado paso a música comercial de gran consumo que roza las mayores de las simplezas. Y sí, es cierto que música mala ha habido desde que los humanos comenzamos a contemplar el arte, no obstante no se puede negar que ahora es parte de la mayoría de lo que se escucha. Ahora bien, toda esta decadencia musical, ¿Qué la causa?, ¿Cuál es la razón de que la música vaya a peor?

Para ello vendría bien comenzar con lo siguiente: la música es un negocio y por tanto, quienes lo llevan buscan ganar dinero. Desde que el arte pasó a ser un bien de consumo a mediados del siglo 20 el objetivo de sus financiadores no ha sido el de alcanzar una calidad buena, sino el de generar ingresos, por tanto desde entonces se ha ido premiando más el generar conmoción o interés en la gente que el ser bueno, buscando gente que impulse temas polémicos (siempre y cuando no afecten a los de arriba) o con laque todo el mundo pueda sentirse identificado de alguna manera. Esto se ha ido incrementando con la difusión del internet, ya que el paso de escuchar música con aparatos digitales a streaming o servicios digitales ha hecho que las discográficas ganen menos por canción, ya que antes para escuchar una canción tenías que comprar un CD y ahora como mucho tienes que ver un anuncio o pagar una suscripción; lo que hace que se tengan que producir muchas más canciones para que sea rentable, lo cual lleva quieras o no a un peor producto. Otra cosa que tampoco ayuda es que ahora las personas están sobre estimuladas por el gran contenido, por lo que para que una canción tenga éxito tiene que llamar mucho la atención, ya sea siendo explícita o utilizando estructuras de canciones ya conocidas, llevando a “todas las canciones son iguales”.

Aún así, todo esto no habría sido posible sin quela sociedad lo aceptase. Está claro que si una sociedad está en decadencia su arte también lo está, como en el caso del Imperio Romano, que en sus últimos años de decadencia el arte empezó a perder el realismo que tanto se le asociaba a las obras de este periodo. Una sociedad con valores fuertes no habría dejado que un producto de ese estilo llegase a la luz. Por mucho que se hagan canciones malas son las personas las que les dan fama. Todos los defectos que le encuentro están también presentes en la sociedad actual, el relativismo de que algo es bueno dependiendo de cada persona o que no hay obras buenas ni malas viene reflejado con el relativismo moral de nuestra sociedad, donde no hay mal ni bien, todo depende del punto de vista de la persona y una acción noes mala ni buena si solo afecta a uno mismo. Ocurre lo mismo con la degeneración de las canciones; una sociedad degenerada solo puede identificarse con valores degenerados, basados en la hiper sexualización, la falta de responsabilidad y el seguir la nueva moda artificial creada por empresas estadounidenses. Es por esto que la pérdida de calidad siempre va de la mano con la sociedad, empezando en los 60 donde la población tenía aún valores fuertes y la música se mantenía; pasando por los 70 y 80 donde los valores tradicionales se iban perdiendo con el destape, todo acompañado por la movida madrileña; y venido de unos años 2000 donde ya se había periodo todo ideal y el hip hop estadounidense tomada España hasta nuestros días.

Por último, es evidente que las élites globalistas que controlan el poder mediático de los países occidentales también controlan la industria de la música, ya se ve cuando de repente un artista con una vida feliz se “suicida” justo de hacer declaraciones incómodas; por lo que son completamente conscientes de los efectos de este tipo de música en las población y de hecho, no es más que una herramienta suya para crear una población decadente y desmoralizada que no cree en nada y que por tanto, sea mucho más fácil de controlar, contribuyendo más a su búsqueda de su gobierno mundial. Cuando ves que la mayor parte de los cantantes grandes que hacen este tipo de música realizan simbología masónica en muchas ocasiones, queda mucho más claro esta última parte.

Es claro que tú como individuo no puedes hacer mucho para cambiarlo, la sociedad es la que es y hasta que llegue un día en el que el pueblo acabe con las élites que nos oprimen no se podrá hacer nada en contra de ellas. Ahora bien, algo que siempre se puede hacer como individuo es no contribuir en la causa, no hacerte partícipe de ella. Si eres una persona con unos valores firmes que defiende los ideales tradicionales está claro que por mucha música degenerada que escuches nunca lograrán reducirte a un alma perdida más que sea fácil de controlar. Por mucho que lo degeneren los vestigios de una música de cuando la sociedad tenía integridad espiritual siempre seguirán ahí. Es por eso que, nada más acabar el álbum, me puse a escuchar “Obertura 1812” de Tchaikovsky.

Artículo Juan NN

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