A día de hoy, vivimos en una sociedad la cual esta mentalmente influenciada por las ideas igualitaristas
Estás proclaman que todos los humanos somos iguales a todos los niveles, evidentemente, esta afirmación es una ridiculez solamente contemplando mediante nuestros sentidos la diversidad de habilidades físicas y psicológicas en cada ser humano, solo con esto, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos, que no somos iguales.
En la lectura del ensayo de Enrique Aynat, podemos ver, como este busca analizar las implicaciones de la selección hereditaria aplicada a la mejora de las cualidades humanas, explorando cómo esta idea ha moldeado diversas civilizaciones. Aynat inicia su obra subrayando que la idea de mejorar genéticamente a las especies no es reciente. Los babilonios, hace 6.000 años, ya practicaban selección genealógica en caballos. Posteriormente, civilizaciones como la india, la griega y la romana, implementaron sistemas de selección social y biológica a través de castas, aristocracias y leyes eugenésicas.
Por ejemplo, en la India, el sistema de castas fue descrito por el autor como el “más grande experimento genético humano”, diseñado para preservar linajes puros y evitar mezclas entre diferentes grupos sociales, coincidiendo la época donde empieza a existir esta mezcla con la decadencia y muerte de toda esa civilización. En la Grecia clásica, los espartanos seguían principios extremos de selección, como el abandono de recién nacidos considerados no aptos para fortalecer la raza.
De manera similar, los romanos basaron gran parte de su estructura social en la distinción hereditaria y en la transmisión de cualidades físicas y morales, estas técnicas, fuera de ser arcaicas e inmorales, permitieron por un lado a los Espartanos tener la mejor civilización de guerreros en su época, y a los romanos tener una de las estructuras sociales mas estables de la historia. El autor analiza cómo, con el avance de las ciencias naturales en el siglo XIX, figuras como Francis Galton establecieron la eugenesia como una disciplina formal. Galton, primo de Charles Darwin, acuñó el término "eugenesia" y propuso que la humanidad podría beneficiarse de aplicar principios selectivos para mejorar sus cualidades físicas e intelectuales como se había hecho en el pasado por aquellas antiguas civilizaciones.
Aynat también menciona estudios de biólogos como August Weissmann y genetistas como Gregor Mendel, quienes sentaron las bases de la genética moderna las cuales corroboran la posibilidad de poder dirigir a una sociedad hacia ciertas características humanas. Según el autor, a finales del siglo XIX y principios del XX, las teorías eugenésicas adquirieron gran relevancia en Europa y Estados Unidos. Alexis Carrel, ganador del Premio Nobel, es destacado por Aynat como un defensor de la aplicación de estos principios en la organización social para garantizar una “aristocracia biológica” basada en los más aptos. El ensayo también aborda el auge de la eugenesia en el nacionalsocialismo. Adolf Hitler y Walter Darré propusieron planes ambiciosos para regenerar la raza alemana mediante programas de selección positiva, combinando teorías científicas con ideología política. La conclusión de tales políticas afirma la consigna de que a través de dichas técnicas se podía conseguir rasgos genéticos previamente buscados.
El autor plantea una reflexión sobre cómo los principios eugenésicos siguen latentes en debates actuales sobre bioética, genética y tecnologías reproductivas. Por ejemplo, los avances en edición genética, como CRISPR, reavivan preguntas similares a las que inspiraron a los teóricos eugenésicos.El ensayo de Aynat, invita a una reflexión crítica sobre cómo las ideas de selección y herencia han moldeado la humanidad. Si bien muchas de sus propuestas son polémicas, el autor destaca la importancia de comprender cómo las decisiones científicas y políticas pueden influir en el destino de las sociedades.La Eugenesia de Enrique Aynat es una obra provocadora que combina historia, ciencia y filosofía para explorar una de las ideas más controvertidas de la humanidad. Su análisis de las consecuencias sociales de la eugenesia sigue siendo relevante en debates modernos sobre ética y ciencia.